Muchas veces, en el pasado, me pregunté cómo fui a salir escritor en un ambiente con una escasa tradición literaria. Soy bisnieto y nieto de músicos, mi padre es orgullosamente herrero, oficio que también aprendí en la infancia y adolescencia. Mi abuelo materno fue taumaturgo y zapatero remendón, y su hijo, mi tío, era pintor aficionado.
Con Efraín Bartolomé
...y la sirena de Metepec en 1997
Yo quisiera expresar que el libro es asimismo un homenaje a los viejos de mi pueblo que me contaron tantas historias, un homenaje también al oficio primordial de Metepec, que es la alfarería (ahí está la inefable presencia del árbol de la vida como metáfora y paradoja).
Con Francisco Hinojosa
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Con familiares y amigos
en el Castillo del Chapulín, ese día de diciembre de 2009
Una de mis preocupaciones formales fue expresar los asuntos trascendentales de la vida (la fugacidad del tiempo, el amor, la muerte, el desastre ecológico) con un lenguaje lo más sencillo posible.
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